CIUDAD PARA SER HERIDA, DE FRANCISCO VEIGA

En esta ocasión os vengo a presentar la segunda novela publicada por la Editorial Mankell. Se trata de una novela de espionaje, un género no muy corriente entre los autores españoles ya que muchos lectores sólo recordamos a extranjeros tan conocidos como John Le Carre, o Ian Fleming, el conocido autor de James Bond, paradigma del espía. Dejo de lado a Tom Clancy, escritor que encuentro insufrible, principalmente por la ausencia de datos fidedignos que hacen que sus novelas carezcan de la más mínima verosimilitud. A Francisco Veiga, Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Barcelona y analista político tuve el placer de conocerle en una conferencia sobre Turquía y tanto me interesaron sus conocimientos sobre este país y otros de su entorno que en cuanto supe que se publicaba esta novela ya tenía claro de que quería leerla.
No es una novela fácil pero eso no es ningún obstáculo, dada su calidad que se trasluce en la labor de documentación acerca de como funcionan los servicios secretos que ya no actúan únicamente para los países sino también y principalmente se encuentran al servicio de intereses económicos. Me ha interesado igualmente la existencia de personajes que sin ser espías trabajan directamente para estos servicios recabando el mayor tesoro de estos tiempos que nos ha tocado vivir: la información. Y poco más puedo decir, al margen de las citas cinematográficas y literarias, que me han encantado, sin desvelar el contenido de la misma. 

Como siempre, a continuación os dejo la sinopsis y el book trailer preparado por la editorial:

En la primavera de 2016 empieza a urdirse un atentado terrorista contra Barcelona. Pero sus autores no son yihadistas, o al menos no lo son en realidad: el trasfondo real es una operación especulativa a gran escala. Un ataque contra el turismo supondrá la caída de los precios del suelo y la propiedad inmueble en general. Al final, la operación no tiene lugar debido a una serie de felices acontecimientos inesperados.

Pero eso que se percibía como algo casi milagroso, termina siendo un “metamilagro” o “conjunto de complicaciones que comporta un milagro o resultado que inicialmente era considerado altamente positivo”.


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