EL HORIZONTE DEL UNIVERSO, DE JOAQUÍN MARIA AZAGRA CARO

 



El horizonte del universo (La máquina que hace ping, 2022), de Joaquín Azagra, es una novela de ciencia-ficción, extraña y diferente y que me ha sorprendido como lectora. No es una novela de marcianos ni de viajes estelares, tampoco hay viajes en el tiempo ni extraterrestres.

Cuando un lector elige una novela lo primero que mira es la sinopsis y en este caso se encuentra con: “Una pintora y un científico valencianos tienen un encuentro sexual en un acantilado. No saben nada el uno del otro, ni cómo han llegado allí. Se separan, aunque se acuerdan el uno del otro más de lo que les gustaría. Él viaja a Leiden para realizar una estancia temporal en un centro de investigación. Ella pinta un retrato del científico, pero la figura del cuadro escapa y adopta la siniestra forma del Hongo. Este musgo viviente acecha al científico en su apartamento de Leiden con intenciones poco claras. La pintora exhibe un cuadro del encuentro en el acantilado, con el que un fotógrafo amante de los cuchillos se obsesiona, y la acosa. La única posibilidad de salvar la vida para la pintora y el científico reside en volverse a ver, pero no será fácil. El suspense crece en una espiral de fantasía, ciencia-ficción y romance perverso en este slipstream metaliterario”

Salvo la siniestra forma del Hongo y el fotógrafo amante de los cuchillos, nada presagia que sea una historia de ciencia-ficción, hasta que llegas al final del párrafo y te encuentras “slipstream metaliterario”.

Pues bien, en palabras del autor: Un slipstream toma elementos de la ciencia ficción, sin pertenecer a ese género, como el escenario apocalíptico de Ensayo sobre la ceguera o los avances en clonación de Nunca me abandones. En El horizonte del universo, el universo holográfico y la revolución de los datos masivos (big data) juegan ese papel de enlace. Algunas modalidades de slipstream rompen las barreras entre ciencia ficción, fantasía, terror sobrenatural y no-género, y eso, junto altas dosis de extrañamiento, define esta novela.

La aportación metaliteraria radica en que los protagonistas no son lo que parecen: cada uno podría estar creado por el otro, o ambos ser las creaciones de un tercero, o todo lo que piensan transformarse en el libro aquí presente, conformando una polifonía intertextual en la que otra novela, Los viajes de Gulliver, se convierte en la clave del misterio”.

       El horizonte del universo se inicia de forma brillante pues engancha desde las primeras líneas pero la lectura no es fácil debido a los capítulos cortos y los cambios de narrador. No obstante esta dificultad se acepta ante lo que nos presenta el tema principal, quién crea el universo: ¿es el propio yo, como si la realidad fuera una sueño? o ¿existe algo que es el creador?

Un tema tan filosófico como es el tema de la creación es lo que trasciende en las páginas de esta novela: los personajes principales son creadores de realidades (una es pintora, el otro es científico) y sobre ellos planea Gulliver (el de los viajes). El lector en este momento se queda desconcertado pero entiende lo anterior que ha leído y continua estupefacto con su aventura lectora hasta el final.

Una novela atrevida e inteligente para lectores que disfruten de las segundas lecturas,   los acertijos y sobre todo de la creatividad.

Joaquín M.ª Azagra Caro es investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Publica regularmente artículos académicos sobre Estudios de Ciencia y Tecnología. Ha publicado la recopilación de relatos propios Arrepentimientos, incisiones, pigmentos e incógnitas y once relatos en revistas literarias y recopilaciones colectivas. Ha editado las recopilaciones de relatos Once cámaras acorazadas y Fugitivos del Lab – Círculo de Escritores. Ha obtenido cuatro premios en certámenes literarios y quedado finalista en varios más. Ha reseñado literatura al margen en su blog El péndulo en la garganta. Ha dirigido el documental Paseantes y los cortometrajes Segunda mano, Ven esta noche y Un talento innato, seleccionados en festivales, y ha figurado en los equipos de producción y dirección de tres largometrajes. Participa en el pódcast Qué grande es el gore.

 


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