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MORIR EN NOVIEMBRE, DE GUILLERMO GALVÁN

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Esta novela negra es la tercera entrega de la serie protagonizada, por Carlo Lombardi. De la anterior La virgen de los huesos no hace mucho que escribí otra reseña e igual que ésta, no podría ser de otra forma, transcurre en una España de posguerra, en los años 40, y, en está ocasión, se desarrolla en Madrid, un ciudad prácticamente derruida, con personajes hambrientos y enfermos, viviendo en la más absoluta miseria y bajo la opresión del régimen. A pesar de formar parte de una serie, las novelas son autoconclusivas y no es necesario leer las anteriores ya que no se hacen muchas referencias a las mismas.      Es una novela bien escrita que narrada en presente traslada al lector  a un Madrid perfectamente descrito, y ahí precisamente es donde se ve el enorme trabajo de documentación que ha realizado el autor. Por otra parte, los personajes son verosímiles y conformes a la época y la trama es interesante con elementos policíacos, históricos y de espionaje. Asimismo, a través del interés

LA VIRGEN DE LOS HUESOS, DE GUILLERMO GALVÁN

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  Tuve el placer de conocer al autor de la forma mas causal  ya que coincidimos fumando en la puerta del hotel donde nos habíamos alojado durante el evento de Valencia Negra del pasado año. Y ahí, hablando, que cuando se trata de lecturas no puedo estar callada, me enteré que era autor de novela negra y que precisamente esa mañana iba a dar una charla. Ni corta ni perezosa asistí a la misma y compré esta novela. Seguro que pensaréis que no es más que otra novela negra y ello es un error. Es la segunda entrega de la serie dedicada a Carlos Lombardi (la primera todavía no la tengo, y la tercera saldrá el próximo 13 de octubre. Es una novela que se diferencia de la mayoría de las publicadas por la época en que transcurre, la posguerra española, con sucesos y hechos que nos hacen darnos cuenta de la labor de documentación del autor; aparecen la Falange y las Jons, vemos como los alemanes se llevan el patrimonio arqueológico con el permiso de las autoridades españolas, el servilismo y miedo