BRUJAS BLANCAS, HADAS NEGRAS, DE GEMMA SOLSONA ASENSIO

 



En Brujas Blancas, Hadas Negras (Apache Libros 2021, de Gemma Solsona, volvemos a encontrar ese universo de la autora que ya nos deleitó con Blancogramas. Ese universo poblado de hadas, brujas y niñas caprichosas con su parte de maldad e incluso de perversión. Si ya me gustó con ese tono oscuro, aunque se habla del blanco su anterior recopilación de relatos, Blancogramas, creo que en este se supera con esas tramas inquietantes. No oculta la autora la influencia en sus escritos de Angela Carter y Shirley Jackson y ese pensamiento de que los cuentos infantiles fueron transformados por Disney y las brujas no son tan malas o sí, ni las hadas ayudan continuamente, igual que los niños y niñas no son tan inocentes y encantadores. De todas formas siempre desconfié de las hadas, esa Campanilla de Peter Pan, tan celosa y malvada, y, por supuesto, las hadas de El sueño de una noche de verano de Shakespeare, ya se sabe que quien  tiene poder abusa de él y las hadas no son una excepción. 

¿Hay acaso algo peor que vivir en un mundo en el que las hadas parecen ser inexistentes, cuando llenan nuestra literatura, infancia y vida diaria con su presencia? Se dice que, incluso, hay quienes perdieron la cabeza buscándolas incansablemente.
Y si, ¿no son tan puras como creemos y realmente se esconden para que vivamos en esa nostalgia constante? Eso sería un gran acto de crueldad, sin duda. 

Ya al leer el inicio de la contraportada sabes lo que te vas a encontrar: Brujas, hadas y niñas caprichosas, inocentes o perversas. Espejos que solo dicen la verdad y gatos divinos. Juegos infantiles un tanto extraños, sombras desobedientes y pasteles que están... de muerte. Este libro contiene el particular universo de brujas y hadas escrito por Gemma Solsona Asensio e ilustrado por Judit García-Talavera, que incluye historias e imágenes traviesas y bellas, con una pizca de crueldad, horror y muchos matices.


La prosa de Gemma es precisa, sencilla y en un tono coloquial, como los cuentos, pero con ese punto de horror y crueldad que interesa a los lectores más adultos.

En cuanto a la estructura, señalar que son catorce los relatos que componen esta antología, siete (el siete es un número mágico) dedicados a las brujas blancas y siete a las hadas negras.

Por otra parte, sorprende que en cada cuenta el narrador cambia de persona, algunos es en tercera persona, otros en primera, y varios en segunda. En cuanto a los escritos en segunda persona, quiero indicar que se acercan más a la oralidad pues es como si tu madre te contara el cuento a la vez que habla contigo.

Y por si fuera poco, el prólogo lo ha realizado Elia Barceló que resume perfectamente el efecto de esta lectura: En Brujas blancas, hadas negras volvemos a sentirnos niños desvalidos en el bosque o, lo que es mucho peor, en nuestra propia casa, en nuestra propia habitación, con nuestra propia madre, incluso.

 Creo que a lo largo de la reseña he dejado claro que me ha encantado por lo que os lo recomiendo para que podáis reencontraros con esas historias que os contaban en las acampadas, con un toque de miedo.

 

 


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