QUEMA, DE ARIADNA CASTELLARNAU

 

Quema de Ariadna Castellarnau es una novela breve y curiosa formada por relatos que conforman un puzle y que nos presenta un mundo apocalíptico. Es un mundo, similar al nuestro, que agoniza. No hay ciudades, ni religiones ni política. El ser humano se ha limitado a a agotar los recursos y todo ha sido saqueado. Los supervivientes pasan hambre, muchos se suicidan y queman lo poco que les queda. Pero hay mujeres que sobreviven pese a todos los pesares, las protagonistas de las historias que, además, se repiten en algunos de los relatos  que conforman el mundo de Quema. La autora se caracteriza por una prosa impecable en la que no introduce más palabras que las estrictamente necesarias y muestra un mundo agonizante sin explicar las causas de haber llegado a ese punto y la misma estructura de la novela, con relatos en diferentes tiempos, muestran su maestría.  
La autora no reflexiona sobre el apocalipsis sino que nos presenta lo cotidiano en la vida de las personas ante las carencias y, sobre todo, el hambre, y esto hace que el lector intervenga para completar lo que callan los narradores y así completar la historia.

A mí me recuerda a La carretera de Cormac MacCarthy, en cuanto a la desolación y a la necesidad de sobrevivir del ser humano, que no deja de ser el instinto animal de supervivencia.

Los temas que trata son duros y el tono que predomina es el de la desesperanza: abundan los personajes de niños siniestros, que han tenido que madurar a la fuerza, la maternidad se disuelve y en las relaciones entre padres e hijos rige el abuso de poder, el desprecio y el egoísmo por parte de los adultos. El hambre, la muerte y la indiferencia parecieran ser las claves para la lectura de esta obra pero hay luz al final del túnel.

Quema narra el término de un mundo y el comienzo de otro en que los defectuosos, los desplazados, los engendros, los antes inservibles e invisibles van a gobernar. No llegamos a conocer concretamente el motivo por el que se ha implantado el caos, pero el origen del mal siempre estuvo dentro de nosotros mismos. Ahora, un nuevo reino se levanta sobre las cenizas y las mujeres son las verdaderas heroínas. 

Una novela muy recomendable que además obtuvo en 2016 el Premio de las Américas.



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