LA CHICA DEL PARAGUAS, DE BRUNO FRANCÉS

 


La chica del paraguas, de Bruno Francés, no es un poemario al uso, por su extensión (142 páginas) y porque se centra exclusivamente en la relación de una pareja que se inició un año antes de la pandemia y que terminó una semana antes del estado de alarma. En este sentido es una trama romántica que podría haber dado lugar a una novela sencilla, pero precisamente la pericia del autor lo que logra es contar una historia utilizando la poesía pero dejándonos la sensación de que se puede leer como una novela, porque te atrapa y quieres saber lo que pasa a continuación y tiene principio y fin. Y quizás por ello, el estilo sencillo y sin artificios, nos convence y nos llega al corazón.

Por otra parte, el hecho de que sea una historia autobiográfica, ya que está basada en 83 poesías manuscritas en unas servilletas de papel que fueron escritas cada día, al amanecer, durante el tiempo que duró la relación, convierten la historia en algo real no imaginado, algo que le puede pasar a cualquiera. 

Esta obra ha sido prologada por Espido Freire que calificó la obra como “… un tipo de amor que nos eleva varios palmos por encima del suelo…” y “Casi demasiado bonito para ser verdad…”.

Un poemario diferente que merece la pena ser leído.


Bruno Francés Giménez (Alicante, 1971), obtuvo en 1996 el I Premio Ateneo Joven de Sevilla con su novela Carpe Diem, fue finalista del premio Nadal en el año 2002 con la novela Lo que nunca se olvida, también ha publicado la novela Caminoviejo (Instituto Gil-Albert, 2000). Y ha colaborado en varios medios escritos y ha obtenido varios premios como guionista y poeta.


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