LA MUERTE EN VENECIA, DE THOMAS MANN

 

La muerte en Venecia, publicada en 1912, de Thomas Mann es una de esas novelas que han de permanecer en nuestras bibliotecas a pesar de haberlas leído con anterioridad y que al releerlas encontramos que a pesar del transcurso del tiempo no envejecen no solo por como están escritas, sino también por como nos siguen afectando en nuestra percepción del mundo.

Thomas Mann (Lübeck, 6-06-1875- Zúrich, 12-08-1955) fue un escritor alemán galardonado con el Premio Nobel de literatura en 1929, y es autor de novelas como La montaña mágica, Los Buddenbrook, La muerte en Venecia, Doctor Faustus, así como de ensayos, y en toda su obra realiza un profundo análisis crítico acerca del alma europea y alemana tomando como referencias principales, la Biblia y las ideas de Goethe, Freud, Nietzsche (detectable en La Muerte en Venecia) y Schopenhauer. En su etapa inicial se centró en las relación entre arte y vida como se puede ver en esta la novela corta que reseño, donde describe las vivencias de un escritor en Venecia, basado en parte en su propia vida pues en sus diarios personales se revela una lucha contra su homosexualidad latente y narra como se alojó en el Grand Hôtel des Bains de Venecia con su mujer y un hermano, sintiéndose atraído por un niño polaco, llamado Władysław.
El argumento de la novela es sencillo. Un escritor reconocido, Gustav Von Aschenbach, en plena crisis creativa, decide tomarse unas vacaciones en solitario y llega a la decadente Venecia con el fin de recuperarse, pues su salud es delicada, y además reflexionar sobre su vida. En el Hotel Des Bains donde se aloja llama su atención una familia de turistas polacos, especialmente el joven Tadzio, un adolescente por el que siente una súbita e intensa atracción. Contemplarle se convierte enseguida para Aschenbach en el momento central de la jornada, y luego de su existencia. La muerte en Venecia, como el propio Mann sostenía, trata de la pérdida de la dignidad del artista, pero Mann examina también la relación entre el arte y la vida. Los elementos de la novela ofrecen el contexto necesario para trazar un retrato de la homosexualidad convirtiendo a esta obra, sobre todo por la psicología de los personajes, en un relato de lo que significa enamorarse unido a la imposibilidad de realizar ese amor. Es decir, Thomas Mann escribió en realidad una tragedia, al estilo de los griegos clásicos, así como también este clasicismo se puede observar en las descripciones y observaciones acerca de la decadencia y belleza de Venecia.
La novela asombra porque no sobra ni una sola palabra, y porque en su brevedad hay una intensidad dotada de muchos sentidos. Existe una coincidencia entre forma y fondo pues la prosa es refinada y sencilla. Los personajes principales dentro de la obra están definidos a la perfección no solo físicamente, sino también psicológicamente.
Las referencias a la muerte son constantes en el texto, así cuando el protagonista va al cementerio o cuando pasea en góndola, negra como si se tratase de un ataúd y paseara por la laguna Estigia. El ambiente en Venecia se palpa pues el aire es denso, el calor bochornoso y a pesar de la belleza impera la suciedad; y por si fuera poca hay una epidemia de cólera que asola la ciudad.
 Se trata de una novela que necesita una lectura lenta y reposada para poder descubrir todos los matices y simbolismos que esconde, y, por tanto dirigida a un lector exigente.
Esta obra fue llevada al cine por Visconti y ha inspirado una ópera de Britten, y la novela La Muerte de Tadzio del novelista Luisgé Martín.


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