LAS CIUDADES INVISIBLES, DE ITALO CALVINO

     
Las ciudades invisibles, de Italo Calvino, es uno de esos libros que año tras año permanece en la pila de pendientes y al que al final le he dado su oportunidad. 
Italo Calvino (1923-1985), periodista y escritor, nació en Santiago de Las Vegas (Cuba) y creció en Italia. Sus obras más conocidas incluyen la trilogía Nuestros antepasados y la colección de cuentos Cosmicomics. 
Sus influencias literarias son variadas e incluyen a autores como Kafka, Borges, Nabokov, Marco Polo, Cortazar, Cesare Pavese …
Su estilo no es fácil de clasificar ya que en ocasiones recuerda a los cuentos de hadas mientras que en otras es más realista; asimismo, en ocasiones, se le ha llamado posmoderno al incluir reflexiones sobre la literatura y el acto de leer.
Las ciudades invisibles, objeto de esta reseña, consiste en una serie de relatos de viajes, en los que, emulando Las mil y una noches,  Marco Polo hace a Kublai Kan, emperador de los tártaros, que se halla en un estado melancólico al comprender que su ilimitado poder poco cuenta en un mundo que marcha hacia la ruina. 
Es una novela o recopilación de pequeños relatos sobre ciudades imposibles, todas ellas con nombre de mujer, y hay que leerla como si fuera poesía, a pequeños sorbos, llena de imaginación, creatividad y fantasía; que fascina por su prosa y su imaginación, capaz de construir ciudades desde la nada.  El propio autor en la nota preliminar de la que consta la obra dice: “En Las ciudades invisibles no se encuentran ciudades reconocibles. Son todas inventadas; he dado a cada una un nombre mujer; el libro consta de capítulos breves, cada uno de los cuales debería de servir de punto de partida de una reflexión válida para cualquier ciudad o para la ciudad en general”. Y más adelante indica: “Creo que lo que el libro evoca no es sólo una idea intemporal de la ciudad, sino que desarrolla, de manera unas veces implícita y otras explícita, una discusión sobre la ciudad moderna. A juzgar por lo que me dicen algunos amigos urbanistas, el libro toca sus problemáticas en varios puntos y esto no es casualidad porque el trasfondo es el mismo".

La estructura del libro está pensada para poder leerlo como si escogiéramos las piezas de un puzle. No existe una trama como tal y lo que impulsa la lectura  son las conversaciones entre Marco Polo y Kublai Kan, en cursiva y separando los breves capítulos que conforman la obra. Esta estructura consta de 11 series de ciudades, de cinco textos cada una reagrupadas en capítulos formados por fragmentos de series diferentes que tienen cierto clima común, por lo que los títulos se pueden repetir
La prosa es cuidada, en ocasiones recargada, pero tiene sentido pues con pocas palabras el autor nos lleva a imágenes de las ciudades retratadas con una total precisión, 
Este es uno de esos libros que como dice el autor “es un espacio donde el lector ha de entrar, dar vueltas, quizás perderse, pero encontrando en cierto momento una salida, o tal vez varias salidas, la posibilidad de dar con un camino para salir”.

En fin, un libro muy interesante, para disfrutarlo poco a poco y descubrir esas ciudades imposibles que nos recuerdan aspectos y problemas de las ciudades modernas.
 

 

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